martes, 4 de septiembre de 2007

/\|En el baño|/\

Según un estudio realizado por mí (es decir S.A.S.A) el espacio relativo entre los mingitorios es muy chico. A estas alturas es posible que, el lector, se pregunte ¿qué carajo está pasando con este chico? Y la verdad es que… ni yo se que pasa en mi mente cuando escribo. Pero continuando con mi línea de estudio, he llegado a la determinación que, los hombres desarrollamos cierto instinto natural para hacer puntería con el “chorro” de orín y las bolitas de naftalina (para el lector que viva fuera de Argentina, solo tengo para decirle: sí… somos sudakas… Y QUÉ?).
Me motivó a escribir sobre esto dos cosas: La primera estaba aburrido cuando fui al baño de la facultad y por otra parte el “loco turbina” Marcel Duchamp.
Seguramente Duchamp no estaba pensando en el Argentino clásico que, cuando va al baño, “mata el tiempo” apuntando a las bolitas de naftalina.
A su vez, esto, me llevó a pensar en otro asunto: las mujeres son muy aburridas para ir al baño… ¿a qué le apuntan cuando están en el baño? ¿Cómo matan el tiempo? ¿Será esa la razón por la cual van de a dos (o más) al baño?...