No son la banda sonora de esta clásica película de los 80 pero algo es seguro, saben dar cátedra a la hora de tocar. Sting, Summers y Copeland brillaron ante la presencia de dos River completos. Es difícil tratar de ser objetivos sobre una banda tan particular como The Police y más todavía si, en estos breves veinticinco años (de quien escribe), nunca tuvo la oportunidad de ver en vivo. Bastaría mencionar que pasaron más de veinte años (veintisiete para ser exactos) desde que, The Police, tuvo su paso triunfal en Argentina (en aquel momento, estábamos en plena dictadura militar y el recital pasó a la historia debido a que Summers le propició una patada a uno de los uniformados).
Era la hora 21:28. El show estaba estipulado para las 21:30 y, en el momento que nadie lo esperaba (tal vez por la idiosincrasia del “recitalero” que no está acostumbrado a que los shows empiecen a horario) Sting irrumpe el escenario con un: “¿Qué tal Buenos Aires?” cargado de energía mientras ya se escuchaban los acordes del tema que se encargaría de abrir la noche: “Message In A Bottle” (del disco: Reggatta de Blanc – 1979).
La percepción en los próximos temas sería que, The Police, estaba tocando un “Greatest Hits” ya que sonaron los clásicos: Syncronicity II; Walking On The Moon; Don´t Stand So Close To Me y un largísimo etc que sería cortado (de a momentos) por canciones como: Voices Inside My Head (del disco: Zenyatta Mondatta – 1980); o una excelente versión de Walking in Your Footsteps (del disco: Synchronicity – 1983). Dieciséis fueron los temas que se tocaron y el show duró casi dos horas.
Estás tres uvas (de cepajes emblemáticos: Cabernet – Merlot – Malbec) se combinaron a la perfección en 1977 (en Londres, Inglaterra) y luego de una producción y un reposo de veinte años (en vasijas de roble ingles: sin ofender a los franceses ni a los enólogos) estuvo en su punto justo para que adolescentes (y no tanto), parejas y cuarentones degustaran una de las mejores bandas de la historia del “rock” (tan sólo por poner una etiqueta que queda chica).
foto: la voz del interior. (olvidé mi cámara con teleobjetivo).-