No estoy seguro sobre como opera la tragedia. Tampoco se muy bien si me tengo que reír con ella o llorar: el ciclo de la vida es así… unos llegan otros se van y otros disfrutamos de la alegría del ser nuevo mientras que, el resto, recuerda lo mejor de un ser amado.
Hoy me toca hacer mi duelo y, como todo el mundo lo hace a su forma, yo lo hago de mi manera. No entiendo la vida, por más simple que digan que es… Hay una parte que se olvidan de contarnos; hay algo que “el creador” no hizo bien; hay algo que se le escapó a alguien cuando nos estaban ensamblando… Pero tampoco es una crítica para él, en todo caso, es para mí.
Fui yo quien se distanció, fui yo quien dejo de visitarte porque siempre estaba “ocupado en otras cosas…” porque “no tenía ganas de ver a la vieja…” o porque “ya voy a tener otra oportunidad…” y ahora no la tengo más, ahora te veo desde otro lado y, esa mujer que yo sabía que había batallado por mantener a sus nueve hijos; que brindó refugio para sus nietos; que guardaba una bolsa con caramelos y chupetines en el placar para hacernos felices, me pareces lo más frágil y delicado que existe…
Perdón… perdón… y mil veces perdón por no haber sabido aprovecha mejor el tiempo extra que me diste…
No hay misterios más interesantes que aquellos acontecimientos de la Historia. Y digo esto (mas bien, lo escribo) porque me resulta fascinante no saber la verdad absoluta de un hecho que, dependiendo de su autor, puede o no justificar el accionar de una población / tribu / nación o, tal vez, de una persona.
Dentro de la Historia del siglo XX me llama la atención los conflictos bélicos y como éstos se enmarcan dentro de otros macro conflictos (ejemplos sobran). Sobre todo aquel MACRO conflicto que se da, en el mundo, cuando termina la Segunda Guerra Mundial. Estoy haciendo referencia a la Guerra Fría (Guerra Oriente – Occidente).
Se dice que finalizó cuando cayó el muro de Berlín (1991). Ahora bien... hace unos días atrás pude observar un documental muy interesante sobre un juego (la guerra, ¿es un juego?). Un juego estratégico (no el TEG, sino... otro) donde, los oponentes, no desenfundan armas ni matan gente en su lugar utilizan esa “cosa” (llamada materia gris) tantas veces olvidadas por nosotros. Despliegan, en el tablero, una seguidilla de cálculos matemáticos, probabilísticos y vaya a saber uno que otras cosas más.
Todo lo arriba descripto conlleva a que, los jugadores, levanten la mano, tomen una ficha del tablero y la acomoden en otra casilla (o, por lo menos, uno de ellos).
Sus intrincados movimientos, los casilleros, sus reglas, el tic-tac del reloj... todos estos elementos hacen del Ajedrez un juego de caballeros (ya sabía yo que había alguna razón para que no me gustara este juego – aclaración: me identifico más con los bárbaros y no justamente por el uso de la violencia).
Este documental que observé hablaba sobre el “number one” de la historia del Ajedrez: Garry Kasparov. Su adversario, nada más y nada menos, un supercomputador desarrollado por I.B.M. llamado DEEP BLUE. Encontré en Internet (por suerte) un lugar para bajar el documental (¿o película...? la verdad no recuerdo ahora) y voy a dejar el link para que, el que desee, pueda obtenerlo.
De todos modos me motivó a escribir lo siguiente: Ya pasaron varios años desde que finalizó la Guerra Fría (o, por lo menos, eso creía) y todavía hay conflictos que no tienen solución (como las partidas jugadas por Kasparov y Deep Blue).
¿Es justo que un supercomputador se mida con la mente humana?... no lo se. Sin duda, si hubiera sido yo quien jugaba esas partidas, seguro perdía (a Kasparov le fue, evidentemente, mucho mejor).
¿Habrá sido otro conflicto “Comunismo Vs. Capitalistas”?... A lo mejor el siguiente dato ayude a aclarar el panorama: El día que Deep Blue derrotó a Kasparov las acciones de I.B.M. aumentaron más de un 15% en la bolsa.
Señores (y Señoras, claro esta) tengo mis dudas sobre la finalización de la Guerra Fría. A lo mejor nos encontramos en medio de algo que (luego de tantos años) todavía está comenzando...
Estimado: Siento que, con el pasar de los días (muchos), lo he descuidado y sus hojas se han marchitado. No me pregunte por qué... sólo acepte mis disculpas y sepa que no fue mi intención dejarlo abandonado.
Tal vez sea la falta de tiempo (o de ganas) para escribir alguna línea que, realmente, importe. Espero sepa comprender que, la tarea de escribir, no es nada sencilla.
En breve estaremos reconstruyendo nuestras diferencias: es que, realmente, necesito su catarsis...
Cybernauta que deambulas en la cyberconformación eterna e infinita de ceros (0) y unos (1) te pido que, si te interesa, te asocies y de paso sacamos unos mangos los dos!!